El sol acababa de salir al día siguiente cuando Sean fue detenido por Lin Li.
El hombre se despertó temprano, planeando escaparse como en los últimos días. Sin embargo hoy, acababa de tocar el pomo de la puerta, cuando escuchó la voz de Lin Li detrás de él.
—Buenos días, Sean.
—Buenos días, señor Felic...
El saludo que vino desde atrás casi hizo que Sean muriera del susto. Se dio la vuelta con una mirada espantada y vio a Lin Li sacando la cabeza de la manta, mirándolo con una sonrisa de desaliñada.
¿Cómo podría Sean saber que Lin Li se había despertado temprano e incluso había colocado un Ojo de Brujo en la habitación, para vigilarle y pararlo? No habría podido irse aunque usara la Invisibilidad, mucho menos moviéndose sigilosamente.
Con sólo mirar la cara de miedo de Sean, Lin Li sabía que este tipo trataba de escabullirse de nuevo...