La atractiva figura de Elle se debía a su dieta y no a su genética.
Cada vez que comía con ella, Jordan se daba cuenta de que le encantaba comer alimentos que aparentemente aumentaban el tamaño del busto, como la papaya.
Jordan echó un vistazo a su figura, ya casi perfecta, y sugirió: —No debes comer más papaya, ¿o si?
Elle montó en cólera inmediatamente y se levantó para caminar hacia Jordan. Luego se quedó quieta, casi apretando su cuerpo contra el de él.
Cuando Jordan miró hacia arriba, sintió que estaba mirando los picos de dos montañas.
Elle preguntó furiosa: —Jordan, ¿qué quieres decir con eso? ¿Por qué ya no necesito comer papaya?
Jordan era el primo político de Elle y, por tanto, no podía decir las cosas de forma demasiado explícita. Así que dijo: —Olvídalo, finge que no he dicho nada. Te traeré la sopa. Puedes beberla.