Ya han pasado tres semanas desde que conseguí la Residencia. El problema con Dian se ha solucionado solo. Al día siguiente de traerme a Song, fue a por otra esclava. Ésta tenía pareja, que llegó poco después. Hubo una discusión y Dian comenzó a gritar y amenazar a todos.
Según me han contado Shi y Song, dijo que subiría a la primera etapa y los tendría a todos a sus pies. Que serían todos suyos. Y unas cuantas barbaridades más. Me costó creer lo que me contaron, que alguien pudiera ser tan estúpido. Lo cierto es que al día siguiente no se levantó. Había muerto "ahogado mientras dormía". Un problema menos.
He tenido sexo con Shi y Song casi cada noche. Son ellas las que toman la iniciativa. Solo cuando han tenido un "mal día" una de las dos, o las dos, se abstienen. Pero insisten en hacerme una felación. En esos casos, cuando duermen, intento ayudar a curarlas.
Además de eso, he tenido sexo con varias esclavas de rango inferior. Me acerco a ellas, las follo, las abrumo con placer, y las ayudo un poco con el trabajo. Últimamente, incluso parecen alegrarse de verme. Creo que se ha corrido la voz entre ellas.
No quiero crearme enemigos, así que si alguna me pide no hacerlo, la dejo estar. Y tampoco abordo a las que ya tienen algo parecida a una pareja.
En cuanto a imbuir qi, ya se empiezan a notar mejoras. Mis últimas "creaciones" ya tienen cierto parecido al original, aunque están llenas de errores. Son totalmente inútiles, pero voy avanzando. El hecho de que el maestro Mu no me haya descartado significa que no voy mal.
También he ido recopilando más manuales, aunque no el que buscaba. Por suerte, he localizado el original. Me puedo acercar a él y ojearlo cada vez que voy en busca de otros manuales para copiar. Y solo si no hay nadie mirando. Es lento, pero poco a poco voy avanzando.
La idea en el reino del Génesis es aislar una parte del contenedor y varios meridianos. Reduce el qi disponible y requiere cerca de un minuto para hacer y deshacer. El qi aislado no circula y, por tanto, no es detectable. Al parecer, no hay copia porque rara vez se usa. El hecho de no solo parecer más débil sino serlo, resulta indeseable. Pero para mí, es la única solución.
Estoy muy cerca de subir de etapa. La cantidad de qi que puedo acumular es ya suficiente para circular por tres meridianos. Solo necesito forzar su apertura, y eso no debería ser difícil, ya que tengo el suficiente qi. Pero, primero, tengo que acabar de dominar la técnica. La velocidad de crecimiento es increíble. Debería tardar al menos un año lo que he hecho en menos de un mes.
Puedo seguir expandiendo el contenedor, mientras. No es lo más eficiente. Cuantos más meridianos abiertos y más qi circula, más se puede acumular, y más presión en el contenedor, que puede crecer más rápido. También es posible forzar antes la apertura de meridianos, incluso subir de etapa. Sin embargo, no vale la pena. Con un contenedor de qi demasiado pequeño, circular qi por todos los meridianos es forzado, no hay suficiente. Incluso resulta más difícil ampliarlo sin sellar de nuevo los meridianos. O algo así cuentan.
Poco a poco voy dominando el sellado del contenedor, aunque aún me falta conseguirlo por completo. Y acabar de manipular la cantidad exacta. Lo mejor es que he descubierto que parte del qi que absorbo lo puedo enviar a esa parte sellada. Así también la fuerzo un poco. Aunque he de ir con cuidado con el sello. Se rompe con cierta facilidad. Quizás porque aún no lo domino del todo. O porque no está cerrado completamente.
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Hoy toca agua. Por el camino me he encontrado a Ken. Es rubia y ligeramente más baja que yo. Su pelo es corto, le llega a medio cuello. Sus pechos son más pequeños que los de Song pero más abundantes que los de Shi. Se ha desnudado en cuanto me ha visto. Es la segunda vez.
Nos hemos besado de pie, con mi miembro erecto presionando contra su vientre. Mis manos acarician su espalda jugueteando con sus puntos de presión. Luego bajan a sus nalgas. De golpe, las elevan sobre mi miembro. La cojo por sorpresa, pero enseguida comprende mi intención.
Sube sus piernas y las cruza en mi espalda. Sus manos se agarran a mi cuello. La bajo un poco, acercando su agujero, penetrándola. Yo de pie, ella flotando sobre mis manos. Ella intenta gemir, pero no libero su boca. Muerdo ligeramente su lengua mientras llego hasta el fondo de su útero. Sus senos se aprietan contra mi pecho.
Empiezo a mover mis caderas. Muevo también su culo con las manos, sincronizando el movimiento. Las embestidas son profundas. Ya lleva tres orgasmos en dos minutos. Esta vez no le doy qi. La mantengo al borde del orgasmo dos minutos más. Ya lo domino. Finalmente acelero mis embestidas, y el qi.
He apartado la lengua del interior de su boca. Sé que va a apretar los dientes. Ya cometí ese error una vez. Su cuerpo convulsiona. La lleno de semen. Absorbo parte de su qi.
Sus piernas liberan el abrazo. Han perdido la fuerza. Me agacho para dejarla tumbada y que descanse. Como siempre, la ayudo cortando unos árboles. Es mucho más eficiente tener una buena relación.
–Lástima que no pueda durar más– se queja, después de darme un beso en la boca.
Se va con la madera, mirándome de vez en cuando. Yo cojo los cubos de agua para llevar la primera entrega. Luego me escondo, practicando la técnica de sellado del contenedor. Necesito volver a revisar algunos puntos. Hay algo que no hago del todo bien. Y se ha perdido bastante qi por ello.
Como siempre, voy llevando el agua a intervalos. Cuando espero para el último, descubro un grupo de cinco estudiantes volviendo. Se están sacando unas máscaras.
–Ha estado bien– ríe uno.
–Y sin pagar puntos. Esa esclava no puede saber quienes éramos– ríe el otro.
–Una esclava de rango dos cuesta un montón de puntos. Tirársela entre todos nos hubiera salido carísimo. Ha sido una buena idea– se congratula un tercero.
Curioso, sigo los pasos de donde han venido. En el suelo, está Sai, una esclava de rango dos. Pelo marrón, atado en una cola. Cuerpo pequeño, más que Shi. Senos medianos. Está desnuda y ha perdido el conocimiento. Su cargamento de madera está un poco más allá, en el suelo.
Me hago una idea de lo que ha pasado. La han asaltado cuando volvían, ocultos tras las máscaras. Si no hace su trabajo por culpa de un estudiante, este tendrá que compensar por ello. Más de lo normal, por interrumpir el trabajo. Y siendo de rango dos, aún más. No sirve de nada amenazar a los esclavos. No podemos evitar decir la verdad en las sedes, donde está la otra parte del sello que nos obliga a hacerlo.
Para mí es una oportunidad. Presiono un par de sus puntos durante unos diez segundos. Ahora no despertará. Me aseguro de que no tenga nada grave. Parece que han sido un poco bruscos y el interior de su esfínter está algo dañado. Le aplico algo de qi para acelerar su recuperación
La limpio un poco. Luego le aplico qi en algunos puntos. Aun dormida, su respiración aumenta y su vagina empieza a lubricarse. La penetro en cuanto está lo suficientemente mojada. Apenas estoy un minuto dentro de ella, absorbiendo su qi y rellenando el mío. Su reserva es muy superior a la mía, por lo que apenas le afecta. Incluso puedo forzar mi contenedor.
Me quedo con las ganas, pero no eyaculo dentro de ella. La visto y la dejo allí, llevando el agua y completando mi trabajo. Luego vuelvo, y llevo su madera en dos viajes. Así no tendrá problemas por no acabar el trabajo. Finalmente, libero la parálisis y la llevo a la enfermería. Aún no ha despertado.
Cuento lo que he visto, incluso la descripción de los alumnos. Probablemente los pillarán. El haber intentado hacerlo a escondidas les costará una castigo mayor. Les está bien.
Cuando vuelvo a la habitación, estoy bastante excitado, al no haber terminado antes. Shi y Song lo empeoran. Se desnudan y se ponen una encima de la otra. Song abajo, boca arriba. Shi arriba, boca a abajo.
Ataco directamente sus partes íntimas con las manos. Ellas, seductora y lascivamente, se besan, acallando sus gemidos. Los modestos pechos aplastados contra los más voluptuosos es también erótico. O sus estómagos uno sobre el otro. O sus piernas entrelazadas.
Muevo mi lengua dentro de Shi, mientras acaricio su clítoris por encima. Luego cambio a mis dedos, que la penetran mientras mi lengua chupa su punto más sensible. Se estremece, apretando más fuerte su boca contra Song. Mientras, mi otra mano juguetea con las partes de Song.
Aparto mi boca de Shi y bajo a Song. No tarda en temblar también por la estimulación. Pero no la dejo descansar y la penetro. Lo hago con suavidad, poco a poco, incitándola. Me muevo despacio, mientras sigo estimulando también a Shi. Cuando Song está al borde del orgasmo, extraigo mi miembro y penetro a Shi.
Sigo acariciando a Song, manteniendo su excitación. La de Shi, va subiendo. Cuando está cerca del límite, paro y penetro a Song. Repito la operación dos veces más, provocándolas, sin dejarles llegar al final.
De nuevo lo saco cuando Song está a punto de correrse. Pero, para su sorpresa, lo vuelvo a introducir de golpe, y embisto sin parar. También agrego qi en varios puntos. Su orgasmo es fuerte e inesperado. Se queda sin aliento.
–Song, ¿estás bien?– pregunta Shi.
–Ahhh, aaahhhhh, ahhhh–apenas le responde ella.
Pero no tiene mucho tiempo de preocuparse. Inmediatamente la penetro de golpe y aplico qi, como a Song.
–¡MMMMMMMMHHHH! ¡MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM!– contiene sus gemidos.
Unas pocas embestidas y qi después colapsa encima de su amiga. Me corro dentro de ella.
–Hoy has sido especialmente malvado– se queja Song con una voz seductora, después de recuperar el aliento.
–Mucho. Mañana deberíamos castigarlo– sugiere Shi.
–Sí, tiene que pagarlo– ríe Song.
Un escalofrío recorre mi espalda. Pero, por hoy, volvemos a dormir como siempre. No están, ni mucho menos, enfadadas. Aunque sí que parecen querer tomarse cierta revancha.
Hoy les he dado un poco de qi, el que sé que recuperaré por la noche. A ellas aún les falta por llenarse, y es más eficiente así. Podría practicar un poco el sellado del contenedor, pero también estoy algo cansado.