Yang Ruxin se levantó, tomó el cuenco vacío y estaba devolviéndolo cuando salió de la habitación y vio al abuelo de Yang Baixiang entrar enfadado, con Baixiang siguiéndolo detrás.
—¿Padre, ya volviste? —Yang Dongshi iba de salida—. Yo estaba justo...
—¿Dónde están el segundo y el cuarto hermano? —Yang Peili no respondió a Yang Dongshi, sino que gritó inmediatamente en el patio.
—¿Por qué han regresado a esta hora? —Yang Anshi salió apresuradamente al oír esto.
—He vuelto para encontrar a tus dos preciosos hijos... —El tono del viejo no era agradable.
—¿Qué les pasó? —Yang Anshi frunció el ceño.
—¿Qué pasó? —El viejo soltó una burla fría—. Están allá fuera en los campos y ni siquiera han empezado a trabajar, uno necesitaba defecar, el otro orinar y ninguno volvió en medio día.