—Su hija biológica... —El corazón de Gillian Thompson dio un vuelco. Una sensación de inminente desastre dominaba sus pensamientos, haciendo que su cabeza girara.
—Daniel Thompson había hecho la vista gorda ante cada una de las atrocidades que había hecho, él no diría algo así. ¿Por qué estaba actuando tan despiadadamente ahora?
—Papá, aunque no sea biológicamente tuya, siempre te he considerado como mi verdadero padre. ¿No has olvidado cuando te estabas recuperando de tu apendicectomía, y te cuidé todas las noches...?
—¡Suficiente! —Daniel Thompson la interrumpió impacientemente—. Recuerdo todo eso, no necesitas recordármelo.
—Sus palabras la golpearon como un golpe en la cabeza. Con un "golpe", Gillian Thompson tambaleó, sintiéndose como una hoja caída solitaria, con la frente palpitante levemente, formándose gotas de sudor.