—¡Charlie Elías! ¡Ven rápido! —otro miembro de la manada gritó con toda su fuerza—. ¡Hay otro fuego desde el lado sur!
—Lo sé —respondió Elías, maldiciendo entre dientes—. Mierda, ¿dónde está Kaine?
—Explorando, señor —dijo el guerrero—. Se fue con su equipo hace solo dos horas a inspeccionar el este. Ya hemos enviado mensaje, pero―
—No llegarán a tiempo —murmuró Elías—. Mierda. Prepara a tu equipo, James. Necesitamos irnos.
—¡Sí señor! —James salió disparado inmediatamente después, con el dedo presionado contra su sien, sin duda organizando un equipo para partir.
Elías hizo lo mismo, con las cejas fruncidas mientras se dirigía hacia las puertas principales. —Vamos... —murmuró—. ¿Dónde diablos están?
—¿No hay nadie disponible en el sur? —pregunté, preocupado. No sabía a dónde ir ni qué hacer más que seguir a Elías como un patito sigue a su madre.
—Había cuando recibí el informe —dijo Elías—. Pero ahora no responde nadie. Joder.