Chapter 109: Valle de sombras (EDITADO)
Desolador, el panorama era desolador.
En el mundo ninja las guerras siempre han sido las causantes de muerte y destrucción, oprimiendo los asustados corazones, atormentando las mentes de todos los que se ven involucrados en ellas.
Las muertes siempre se han justificado en la premisa del desarrollo, en el levantamiento de un nuevo poder que conlleve a una nueva sociedad, mas segura y justa, que garantice el bienestar de sus integrantes.
¡Sin embargo, la muerte que actualmente tenían ante sus ojos no era nada más que algo grotesco!
¡Una oda a la perversión y al sadismo que causaba nauseas con solo verlo!
Los suelos de todos los fantasmagóricos pueblos a través de los cuales marchaban tenían sus tierras húmedas y rojas por toda la sangre que se había derramado en ellas.
Las previa verde vegetación que antes se mostraba tan vivaz en todo su esplendor, ahora solamente eran restos putrefactos ahogados en el sangriento fango.
Pequeñas llamaradas humeantes daban una visibilidad limitada, permitiendo que las tinieblas de la madrugada agregaran un plus de tensión a su travesía.
Los hogares que albergaban la vida humana en cada pueblo, estructuras que generalmente son destruidas en cualquier enfrentamiento, habían sido inusualmente conservadas, sin muchos daños.
Pero lo que contenían dentro... era un espectáculo tan sangriento como macabro.
¡Cuerpos humanos colgados por los pies, atados como si fueran trozos de carne en el mercado, mostraban las horribles acciones que solo una mente lunática y trastornada haría!
Piel completamente desollada...
Partes corporales importantes mutiladas...
Extensas regiones del cuerpo quemadas...
Estructuras horriblemente perforadas....
¡Cuerpos completamente destrozados!
Pero lo más doloroso y abyecto que ese horripilante panorama podía mostrar no solamente era las vejaciones a las cuales habían sido sometidas las personas de esta tierra.
¡Sino el hecho de que aun con todo ese sufrimiento, aun seguían vivas!
Los lamentos de las mujeres que lloraban por sus hijos…
El lloriqueo de pequeños cuerpecitos ante el miedo y la desesperación…
Los desgarradores gritos de los hombres por la impotencia…
Mentes quebradas de hijos devorando la carne de sus padres…
¡La frenética risa desesperada de aquellos que con las vísceras en manos danzaban de una lado a otro, como si se hubieran rendido a la locura vivida!
Aun cuando se les trataba de ayudar, aun cuando se les trataba de curar, sus destrozadas mentes no soportaban seguir viviendo debido al trauma vivido, haciéndolos morir casi al instante.
Todos ellos colgados para dar sus últimos suspiros de vida… amargos por su final.
Y estos dolorosos lamentos acompañaban a todos los que marchaban a la batalla, saturando sus sentidos con la esencia de lo que la muerte significaba.
¡Esto apretaba los corazones de todos los ninjas que habían venido para enfrenar al enemigo, los hacia sentir furiosos, asqueados, amilanados!
¡Llenaba sus corazones de una sensación indescriptible y un odio tal que no podían soportar!
Ni siquiera las mentes más veteranas podían soportar esta espantosa y horrorosa vista.
No importara si eran personas de una nación diferente, no importaban si anteriormente los habían enfrentado en una batalla.
Al final de cuentas, estos hombres, mujeres y niños eran lo mismo que ellos.
¡Eran seres humanos!
Y con este panorama, las palabras que sus lideres les habían contado reverberaban en sus mentes, aflorando rápidamente y recordándoles el motivo por el cual marchaban.
Ese enemigo no tenia intereses en leyes, dinero o placeres que los humanos puedan ofrecer.
No quería ser un gobernante, no quería ser un tirano.
Ese enemigo ni siquiera veía a los humanos como animales, pues a estos no se les trata tan sádicamente.
Ese enemigo era algo ajeno y monstruoso a la concepción humana, algo que no debió ser, pero que ahora mismo existía.
¡Pueblo tras pueblo, la marcha parecía una travesía a través del infierno!
Varias miles de almas colocadas estratégicamente a ambos lados de todo el trayecto, como si de una bienvenida se tratase, formaban un esquema demente.
¿Qué honor había en hacer esto? ¿Qué gozo podría sentir alguien ante el sufrimiento sin justificación?
Era lo que en la mente de casi todos los shinobi retumbaba mientras marchaban.
Apretando sus puños, endureciendo sus corazones y rechinando sus dientes.
Todas las otras naciones habían sido golpeadas por el enemigo fuertemente, siendo Konoha la que no había sufrido daño alguno.
¡Jamás se habían planteado que verían algo así en sus vidas!
Si bien existen los sádicos y retorcidos en el mundo, se quedaban pequeños ante lo que ahora presenciaban.
Si ese enemigo había logrado hacer esto en tan solo unos días ¿Qué podría hacer más adelante?
Ahora no solo marchaban por ordenes de sus lideres, ahora que habían visto la crueldad y salvajismo de su enemigo, marchaban por un ideal que crecía en sus interiores.
Como la nación mas grande de todas, ahora tenían el deber de no solamente parar a este monstruo, sino de vengar a todas esas alamas en pena que no podían descansar.
Y con esta nueva convicción marchaban hacia el oeste.
Con sus emociones alteradas, con sus cuerpos estresados, con sus mentes agotadas por todo lo visto, marcharon por el sendero cubierto de sangre.
¡Marcharon sin detenerse por la roja y fangosa tierra hacia su objetivo!
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"¡¡Detengan el avance todas las Brigadas!!"
"¡Batallones, alto!"
"Cesen el movimiento de todas las compañías!"
Fuertes gritos se extendieron por todos haciendo que los casi diez mil ninjas detuvieran su avance de manera abrupta.
A la cabeza de todo el ejército, los altos mandos de Konoha observaron el horizonte con ojos endurecidos.
"Por dios… esto es…"
"¡¿Eso es el ejército enemigo?!"
"Eso parece que… nos superan en mucho"
Los murmullos comenzaron a extenderse entre la mayoría de lideres de los diversos clanes y fuerzas militares que se habían sumado en el recorrido, los cuales estaban sorprendidos y ansiosos ante la vista del ejército contrario.
¡Y no era para menos, pues miles y miles de seres humanoides blanquecinos cubrían todo el horizonte, como si fueran una gran y aterradora marea blanca!
¡Fácilmente podría haber unos cincuenta mil enemigos agrupados en un gran valle!
Pero no solamente el numero de estos seres era lo que causaba zozobra en la mente de todos los presentes, sino algo más.
Todos esos seres, cuan sangrientos demonios sonrientes, tenían una imponente figura, muy diferente a lo que previamente habían visto, trasmitiéndoles una sensación de superioridad.
Sus afilados dientes se podían ver a través de sus ensangrentados labios, desde los cuales una corriente de sangre descendía por todo su torso.
¡Pero los más aterrador de todo, eran la cantidad de cadáveres, sean humanos o animales, que estaban desperdigados entre ellos y su enemigo!
Era como si esos seres blanquecinos los hubieran puesto en son de burla y desafío, para ver si se atrevían a cruzar el mortal valle, pisando a sus congéneres en su camino.
¡Esto era brutalidad y maldad pura!
"Hokage-sama, esos seres son…" – Inoichi Yamanaka susurró mientras una gota de sudor recorría su frente.
"Si, Inoichi" – Minato respondió solemnemente mientras se adelantaba unos pasos y giraba para ver a sus compañeros de armas.
"¡Uchiha Mikoto y Uzumaki Kushina, ustedes lideraran la punta de la lanza junto a los clanes Sarutobi y Shimura para romper la defensa frontal!"
Ante las órdenes del Hokage, las dos mujeres aludidas avanzaron rápidamente y se colocaron a la cabeza de los grupos a los cuales fueron asignadas.
Nadie dijo nada ante esta orden ya que solo hoy lograron tener conocimiento del poder que estas dos mujeres poseían.
¡Kusina, como la Jinchuriki del Bijuu más poderoso de todos, había logrado dominar todo el poder de esa terrible bestia, convirtiéndose en la Shinobi con mayor poder de batalla que existía en este ejército!
Y si sumamos el hecho de haber logrado dominar los artes ninjas de su clan, Kushina era por mucho la mujer más peligrosa a la cual uno podía enfrentar.
¡Por otro lado, Mikoto mostró hace un día que, al igual que el famoso Obito Uchiha, ella tambien había dominado no solo el legendario Mangekyou Sharingan de su clan, sino que también logró mostar esa enorme formación de chakra llamada Susanoo!
¡Eso la catapultaba al mismo nivel que su amiga Kushina, incluso la podía posicionar en un nivel superior!
En verdad, estas dos mujeres eran, sin caer en la exageración, eran la fuerza de choque más potente del actual ejército.
"¡Inuzuka Tsume, Hyuga Hiashi y Aburame Shibi lideraran el ataque del flanco izquierdo; Inoichi Yamanaka, Akimichi Choza y Nara Shikaku irán con su escuadrón por el flanco derecho bordeando la zona rocosa!"
Tsume se movió rápidamente con todos los miembros de su clan que habían venido con ella a su lugar asignado, seguido de los miembros de los clanes Hyuga y Aburame.
De por sí esta combinación era realmente poderosa ya que sus diversas fortalezas y debilidades siempre se solapaban cuando los miembros de estos clanes se juntaban.
No obstante, era el clan Inuzuka el que actualmente llevaba la carga de ser los líderes ya que su poder pormedio había crecido en el último año, logrando codearse con los grande clanes de la aldea.
¡Y no era para menos, pues habían logrado desarrollar técnicas poderosas junto a sus ninken, logrando una sintonización del chakra terriblemente precisa!
"Por último, Senju Tsunade liderará el escuadrón de Iryo-nin que avanzará en el centro y será protegido a toda costa!"
Tsunade solo asintió ante esta orden, dirigiendose con todos el grupo de ninjas médicos apostados en lo que sería la columna vertebral de todo el ejército.
Aunque todos los presentes sabían que el cuerpo de Iryo-nin era realmente importante, pensaban que poner a Tsunade a su cargo era una decición poco táctica.
No es que desconfíen de las habilidades médicas de la ojimiel, cosa que solo un estúpido diría, pero creían que el potencial de la mujer Senju podría aprovecharse mejor en el frente de batalla.
No obstante, no protestarían ante esta desición.
El viento comenzó a barrer el polvoriento suelo, levantando pequeñas ráfagas que se extinguieron inmediatamente.
Aunque todos estaban reunidos, el panorama frente a sus ojos les transmitía un escalofríos que parecía penetrar hasta sus huesos.
Todos los ninjas ya sabían quiénes eran sus lideres de cada escuadrón, por lo que no estaban prestando atención a lo que el Hokage decía ahora mismo, teniendo en sus mentes solamente al aterrador ejercito frente a sus ojos.
Si el macabro panorama visto en su trayecto hasta este lugar los había envalentonado, ahora mismo esa sensación parecía quedar envuelta en un lúgubre manto por la vista que tenían ante sus ojos.
Pues los causantes de tal sádico accionar ahora estaban frente a ellos.
"¡Todos, escuchen atentamente!"
Con un gran grito el Hokage de Konoha llamó la atención de todos los sorprendidos comandantes que estaban viendo con asombro y temor a la fuerza enemiga.
"¡Ahora estamos presentes ante la mayor amenaza que nuestro mundo ha tenido que enfrentar!"
El grito del Hokage parecía transmitir una serie de valentía a todos los que estaba escuchando, haciendo que sus indecisos ojos cambiaran y ganaran un electrizante impulso de emoción.
"¡El enemigo nos supera en cinco a uno. Si fuera una pelea entre ninjas, estaríamos marchando hacia nuestra muerte, pero eso no es lo que ocurrirá aquí!¡Si todos siguen los reglamentos planteados por sus lideres, podrán sobrevivir!"
Los rostros de los ninjas que estaban a la cabeza de cada escuadrón comenzaron a tragar saliva.
Ellos sabían que enfrenarían a un enemigo muy diferente a lo que antes habían enfrentado, sabían que esta lucha no sería por rencillas entre aldeas o entre clanes, pero al ver el numero de adversarios, la ansiedad se cernía sobre sus mentes.
Si bien escuchaban a su líder y entendían lo que les decía, el miedo aun anida en sus corazones.
Sin embargo, Minato dejó de hablar y recorrió con la mirada a todo su ejército.
¡En ese instante, una especie de energía pareció brotar desde el interior de todos, llenándolos de una especie de valentía inexplicable!
"¡Puede llegar el día en que el valor de los ninjas decaiga, en que olvidemos a nuestros compañeros y se rompan los lazos de nuestra comunidad, pero hoy no es ese día! ¡Pueda que estemos ante una gran horda de bestias salvajes y que nuestras defensas se rompan causando la consumación del mundo Shinobi, pero hoy no es ese día!"
Minato se giró y señaló al ejército enemigo mientras volteaba el rostro y los volvía a mirar con el fuego en sus ojos.
"Allá en el horizonte, el enemigo se amontona, sonríen como si nosotros fuéramos la presa y ellos el depredador, y aunque no estén vivos, les haremos sentir cual es el significado de la palabra miedo!"
¡Esta nueva y poderosa sensación cambió el ánimo del ejército en ciento ochenta grados, limpiando el miedo que campeaba a sus anchas y sustituyéndolo por lo que ellos pensaron era la voluntad del fuego!
¡Los Shinobi de Konoha comenzaban a apretar sus armas mientras sus mentes comenzaban a cambiar de pensamiento. Sus asustados cuerpos se endurecieron y sus corazones latieron incontrolablemente, no por miedo, sino de una euforia desbordante!
"Hagamos que caigan en pánico, luchemos ferozmente hasta que sus corazones se sientan como si manos heladas los apretaran sabiendo más que bien qué horrores inhumanos sufrieron bajo nuestros puños y armas! ¡Cortaremos su avance, acabaremos con sus planes, defenderemos lo que se debe proteger!"
¡El honor que sentían al ver como su poderoso líder hablaba con tal convicción mientras el protector en su frente mostraba el glorioso símbolo de su aldea los llenaba de una gran emoción!
¡Si! ¡era verdad lo que su Hokage decía!
¡El enemigo, no importa quien sea, ahora estaba frente a todos, afilando sus dientes para acabar con lo que conocían!
¡No importa si solo Konoha era la aldea que la enfrentara, el fuego en sus corazones sería lo que protegería al mundo!
"¡En este día lucharemos! ¡Por nuestros hijos, por nuestros padres, por todo lo que nuestros corazones aman de esta hermosa tierra, por ello yo Minato Namikaze los llamo a luchar! ¡¡Shinobis de Konoha!!"
"¡¡WOOOOOAAAAHHHHHH!!"
"¡¡POR KONOHA!!"
"¡POR NUESTOR MUNDO!"
¡Y con los atronadores gritos que parecían los truenos que rompen el cielo en una iracunda tormenta, la carga de diez mil furiosos ninjas hizo retumbar el suelo, trasmitiendo las ondas por todos lados, como si quisieran partir la tierra!
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NOTA DEL AUTOR:
Recuerden, la personalidad del MC no es la alguien virtuoso, simplemente ve que veneficio puede sacar de una situación determinada. Si crees que esto es exagerado e inencesario, lo lamento.
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