Un ejército de más de mil bestias mágicas se abalanzó sobre miles de zombis, abriendo paso a una enorme montaña en la que se encontraba la Academia Cernunnos.
"No creo que seamos los primeros en llegar." Murmuró Cécile al ver la academia y acercarse.
La Academia Cernunnos era conocido por su enorme tamaño y capaz de albergar las bestias mágicas y sus estudiantes. También era conocido por sus múltiples torres.
Adelante en la parte del frente de la Academia normalmente se encontraban dos torres que climatizaban y protegían a los estudiantes del clima de las altas montañas de Suiza, pero ahora nada de eso podía ser visto.
Las aulas estaban destruidas, la mayoría de las torres se habían derrumbado y lo que quedaba era ruinas que mostraban rastros de batalla.
Áreas completas de aulas desaparecieron y lo único que quedaban eran cráteres o ruinas que imposibilitaban descubrir lo que antes estaba construido.
A pesar de tal destrucción, aún quedaba la Gran Torre en el centro que se erguía orgullosa en esta zona y a pesar de que tenía rastros da daños eran mínimos y una barrera que provenía de la torre la protegía podía verse sutilmente.
El edificio que la rodeaba y la base que la rodeaba ahora estaba en ruinas y por la forma que un camino estaba abierto hacia la entrada de la torre, ella supo algo.
"Al menos hay supervivientes…" Murmuró Cécile al sentir la torre.
La expedición se preparó rápidamente y con todo tipo de diferentes individuos y a pesar de la diferencia de fuerza, estatus e incluso habilidades, cada uno de ellos aceptó seguir ciertos objetivos al entrar.
Amnestria se enfrentaría a cualquier rango SSS avanzando lo más rápido para tratar de reunirse con el Barbegazi, que probablemente estaría luchando… Y Cécile podía sentir las ondas de energía mágica que provenían desde la distancia y supo que la batalla continuaba.
Si bien no podía detectar quienes eran esas tres presencias, si podía sentir una mezcla de energía psionica y ligeramente mágica junto al temblor del suelo que revelaban los rastros de batalla.
Las misiones de las demás también estaban claras. La Cardenal Najjar debía reunir a individuos como Yukimura Kageyasu, Vladislav Vasíliev, Alfredo Rivas y Gustav Strittmatter para priorizar el rescate y protección de los supervivientes de la academia.
Mientras que Mercurio y Lapis estaban a cargo de la exploración y la búsqueda de la salida y en caso de que se encontraran con ella, su protección.
Lo que llevaba a su tarea… Cécile ordenó a su ejército de invocaciones rodear la academia y protegerla de los zombis que subían por la montaña y otras criaturas que psionicas que de vez en cuando aparecían.
Su misión fue crear un ejército lo suficiente grande como para que se pudiera proteger a todos los estudiantes y por tal razón ella se demoró en llegar.
Quizás no era el mejor plan o el más detallado, pero era difícil crear un buen plan en tan poco tiempo y más importante, cuando varios individuos poderosos y orgullosos eran parte de la expedición.
"¿Encontraste algo?" Preguntó Cécile al sentir una presencia moverse entre sus bestias y girándose para ver a Mercurio que tomó el rol de su protector y posteriormente explorador.
Ese hombre con su máscara caminó entre sus bestias y a su alrededor el hada del infierno soltaba pequeñas risitas divertidas dando la impresión de ser una pequeña niña.
La pequeña todavía seguía brillando con una luz no dejando que otros vean su cuerpo y si bien su risa era encantadora, Cécile había visto a la pequeña hada causar combustión espontánea en criaturas psionicas sin ningún problema.
"Si, encontré a Lapis explorado los alrededores. Ella sigue buscando el portal y me comentó algunas noticias interesantes." Respondió Mercurio y acercándose a su lado, señaló la Gran Torre. "Vamos."
¿Noticias interesantes? Era difícil leer las expresiones de Mercurio cuando la máscara cubría su rostro, pero ella lo siguió.
Al acercarse a la entrada de la Gran Torre, ella se tensó un poco. La falta de cadáveres tanto aliados como enemigos elevó su esperanza de que todos aquellos atrapados estuvieran bien, pero ella sabía que los portales no eran tan simples.
Lentamente acercándose a la Gran Torre, ella caminó entre las ruinas del edificio principal. Su mente le costaba pensar que de todo lo que quedaba de la Academia Cernunnos, lo único que quedaba era la Gran Torre principal, que era la torre de defensa de la academia.
Tenía sentido que esa torre sobreviviera, pero, aun así, era difícil pensar que las dos torres de hábitats que la rodeaban y los edificios alrededor habían sido completamente destruidos.
Ella caminó hacia la entrada y al llegar pudo sentir la barrera de rango SSS protegiendo la torre y la entrada. Varios minutos pasaron y entonces la puerta se abrió, revelando a un profesor que ella reconoció.
"Oh, por fin llegan." Dijo el Profesor Kernen también llamado por sus estudiantes 'Anciano Kernen'. A su lado estaba su bestia mágica contratada, Rupert ayudándolo a abrir la puerta. "Vengan, pasen."
La gran puerta quedo ligeramente entre abierta permitiendo que ella y Mercurio entraran al interior. Cécile sabía que el primer piso era la sala de entrenamiento que el Barbegazi utilizaba recurrentemente, pero ahora estaba lleno de estudiantes, profesores y bestias mágicas.
Toda el área extendida con magia espacial se encontraba repleta de incontables estudiantes y alumnos, a un nivel que ella no esperaba.
El portal abismal apareció de repente y ellos…
"Tuvimos suerte. La barrera de la academia se activó para protegernos cuando el portal nos tragó." Dijo el Profesor Kernen y suspirando, añadió. "Solo unos pocos que estaban fuera de la academia se encontraron en dificultades, pero el Director pudo ayudar a la mayoría en la primera hora."
Cécile parpadeó sorprendida por la cantidad de estudiantes que estaban presentes y que para ella no tenía sentido comparado a la destrucción del exterior. Era un hecho para muchos que incluso con la velocidad que se envió la expedición muchos estudiantes y especialmente profesores junto a incontables bestias morirían.
Y ahora en este espacio extendido se resguardan un numero abrumador de personas y bestias hasta el punto de que ella sentía que era la mayoría de miembros de la academia y desaparecidos de ese momento.
"Los otros pisos…"
"Llenos." Respondió el Profesor Kernen y…
"Tuvimos refuerzos inmediatos." Añadió Rupert con una risa animada.
¿Refuerzos? ¿Una raza local los ayudó? Cécile tuvo sus dudas, pero sonrió suavemente. Ella era una profesora y entendía mejor que nadie la cercanía entre los profesores y sus estudiantes y más importante, la relación que tenían con las bestias mágicas.
Que alguien más lo ayudara tan pronto hizo que los sacrificios se redujeran al mínimo y ella sabía que muchos de la academia se sacrificarían por los demás. Esta actitud de la Academia Cernunnos sobre su propia gente y sus aliados era la razón por la cual tantos individuos poderosos quisieron ayudar y tal razón era por lo que se envió una expedición tan rápido.
"Los guiare con el director. Ya los demás miembros de su expedición se encuentran en el piso más alto de la torre." Dijo el Profesor Kernen.
Ella y Mercurio caminaron por medio de la antigua sala de entrenamiento y en diferentes partes se encontraban bestias mágicas alimentándose o estudiantes compartiendo lo que parecía ser el suministro que la expedición trajo.
Aquí estaban mayormente estudiantes con algunas bestias mágicas inteligentes de menor tamaño y de vez en cuando se veía alguna bestia mágica perteneciente a los primates como los gorilas atronadores.
Era probable que en los otros pisos disponibles se encontraran las bestias mágicas más grandes o aquellos de mayor rango, ya que esos gorilas eran rango A en la mayoría de los casos o menor.
Aun así, por la expresión de los estudiantes, las risas que se escuchaban o incluso las clases que varios profesores estaban impartiendo en una esquina mostraba que los supervivientes no estaban preocupados.
No se sentía la tensión de este catastrófico evento como incluso en la Tierra se sentía, tampoco la ansiedad a un futuro desconocido y Cécile supo que no se debía a que ellos llegaron a este mundo.
No, incluso si ellos hubieran llegado, la tensión palpable de los días atrás debería haber permanecido intacta y los estudiantes, especialmente los menores debían sentirse tensos y preocupados. Incluso si algunos confiaban en tener al Barbegazi un rango SSS y al Director Ackermann, no era suficiente para calmar la situación.
Algo más había ocurrido.
"¿Qué clase de nativo los ayudo?" Preguntó Cécile cuando estaban llegando al portal al final de la sala de entrenamiento.
Su lado más paranoico hizo que dudara de los refuerzos y la ayuda que recibieron. Fue hasta el punto de que pensó en la posibilidad de control mental, pero junto a ese pensamiento ella observó de reojo a Mercurio, que se notaba relajado mientras que la pequeña hada del infierno giraba a su alrededor.
Ese hombre era más fuerte de lo que parecía y era un experto de magia mental y si esto era alguna trampa psionica, él probablemente sería el mejor candidato para protegerlos.
"¿Nativo?" Dudó Rupert y luego al ver su expresión, soltó una risa fuerte que se extendió y atrajo algunas miradas.
El Profesor Kernen le dio un golpe al gorila atronador y agitó la cabeza, antes de suspirar ante su colega.
"Creo que los demás te lo explicaran mejor." Dijo el Profesor Kernen señalando el portal.
Cécile asintió y caminó hacia el portal junto a Mercurio. Como todo de la academia, el portal era lo suficiente grande como para dejar pasar bestias mágicas y ella apenas cruzó, se quedó inmóvil.
En el último piso, la parte más alta de la torre era una oficina de gran tamaño en la que se encontraba un ventanal que mostraba los alrededores y que no se veía del exterior.
El problema no era la oficina, sino quienes estaban presentes.
En una mesa apartada se encontraba Alfredo Rivas, Gustav Strittmatter junto a Yukimura Kageyasu compartiendo historias de Terra Nova entre ellos mientras sonreían.
Mas al frente cerca del ventanal estaba Vladislav Vasíliev mirando la ventana con sus brazos cruzados y su expresión solemne, que no mostraba ninguna otra emoción.
Él era el único tenso, ya que más cerca del ventanal a un lado se encontraba la Cardenal Najjar, el Director Ackermann y Cesar, uno de los antiguos estudiantes que ella reconoció organizando como abandonar este mundo.
Al frente del ventanal que daba vista a las montañas y que rodeaban las ruinas de la Academia Cernunnos, se encontraba la bestia de tres metros de alto y pelaje blanco con grandes pies que tanto era conocida y a su lado la poderosa tigresa de pelaje oscuro.
Ambos tenían su mirada a las montañas percibiendo las ondas de energía mágica.
El Barbegazi y Amnestria los dos rangos SSS estaban aquí, lo cual para Cécile no tenía sentido, no cuando podía percibir las ondas de energía mágica y psionica en la distancia que solo podían clasificarse como rangos SSS. Nadie de menor rango podía generar tales efectos y menos a tal alta distancia.
Ella sin darse cuenta siguió a Mercurio que caminó al frente y luego de acercarse a un par de metros del ventanal, notó que su visión se extendía y esta vez pudo no solamente percibir las ondas de energía mágica, sino que ver la batalla.
Lo primero que destacaba era una figura serpentina con la cabeza de un león y patas de caballo, tal extraña criatura liberaba poderosas ondas de energía psionica y una fuerte presencia de un rango SSS.
"Una manifestación psionica." Murmuró Mercurio.
¿Eso era una manifestación psionica? Cécile podía sentir como la criatura psionica torcía la realidad y manifestaba todo tipo de ataques mentales o incluso físicos.
Lo que ella estaba viendo no era una bestia similar al Fénix, sino que era una manifestación del Plano Astral, similar a una pesadilla, pero diferente. Cécile supuso que probablemente tomó forma no de emociones negativas, sino que de positivas de este mundo.
Cécile estuvo estudiante lo psionico debido a lo que había sucedido en el grupo de amigos de Víctor y pudo reconocer lo que representaba la criatura… Un protector de este mundo creado por los pensamientos y vestigios de los seres de este mundo y este ser lo consideraba a ellos como invasores.
Del otro lado, se encontraba el otro lado de la moneda, una grotesca pesadilla que formada por múltiples rostros de miles de seres que ella apenas no podía reconocer debido a las formas distorsionadas.
Ambas partes formaban dos caras de la misma moneda, una manifestación del Plano Astral en este mundo que dio forma a individuos de rango SSS.
Sin embargo, fue la tercera figura que se movió velozmente y que apenas era perceptible a sus ojos, lo que hizo que ella estuviera curiosa y expectante, queriendo ver al nativo de este mundo.
¿Qué clase de ser podía luchar contra dos rangos SSS? Quizás si volvía a la tierra con ellos…
"¿Como?" Sus pensamientos se detuvieron y esa palabra salió, al ver que la figura se detenía en el cielo mostrándose por primera vez.
Una mujer en sus veinte tantos de cabello largo de color negro, ella llevaba una sonrisa tranquila en su rostro mientras sus dos enemigos preparaban un ataque. A pesar de que se enfrentaba a dos enemigos, su coraza y traje de combate se mantuvieron indemnes y ella descubrió la razón.
"Haha…" El Barbegazi soltó una risa mientras se acariciaba los puños pareciendo deseoso de una batalla.
Se rio debido a que la mujer en lo alto utilizó su propio cuerpo y aura de batalla para enfrentar a los ataques y salió indemne. El ataque psionico de ambos era una mezcla de presión física y ataque mental, pero ninguno de los dos la afecto.
"Oh, ¿ya llegaron?" Dijo Amnestria al girarse hacia ella y Mercurio, asintiendo, añadió. "Le pediré a Aurora que termine rápido."
Aurora Campbell estaba luchando contra dos rangos SSS y Cécile no supo cómo reaccionar.
¿Cómo era posible? Ella había visto las noticias sobre la muerte de Aurora Campbell y su efecto que tuvo en Zerzura e incluso en las reuniones del grupo de amigos del cual era parte se habló un poco de ella y si bien se ignoró lo sucedido, ella había oído que murió.
Incluso la Iglesia del Tiempo y el Espacio del cual Aurora tenía tan profunda relación no pudo revivirla o ayudarla, al menos… Que cubrieran la muerte.
¿Por qué lo hizo? No, existía otra pregunta… ¿Cómo era tan fuerte?
Cécile no pudo contener su sorpresa al ver como Aurora se detenía escuchando la voz de Amnestria que le decía que ya estaban todos los miembros de la expedición.
La joven asintió y al instante siguiente, estaba arriba de la criatura serpentina golpeando y guiándola en contra del suelo, rompiendo montañas y dejando rastros de destrucción en su avance.
El movimiento de ambos fue tan rápido que ella apenas podía percibir ambas figuras. En un segundo estaban en el cielo, en el segundo siguiente estaban golpeando el suelo mientras la joven golpeaba a la criatura y al instante siguiente, ellos cayeron al frente de la torre, en el medio del patio.
*Boom*
La torre tembló por cada golpe de Aurora que le daba a la criatura serpentina y esa criatura lentamente se volvió traslucida hasta que desapareció por completo.
Si antes la zona estaba destruida ahora lo que quedo fue un enorme cráter y la única razón por la cual la torre en donde ella estaba no fue destruida fue por Amnestria, la barrera de la torre y la Cardenal Najjar que estaba mirando a Aurora con una sonrisa en su rostro.
La torre estaba protegida con suficiente magia y divinidad que se mantuvo indemne a pesar del enorme cráter que la joven creó.
"Es hora de que volvamos." Dijo Aurora mirando en su dirección, entonces ella flotó en el cielo.
Ella abrió su mano y las auras empezaron a condensar una espada hasta que en un punto la espada se solidifico en la realidad.
Cécile puso una expresión seria y fue lo mismo para Vladislav que estaba mirando, ambos mostraron lo atónitos que estaban mientras que los demás…
"Impresionante. Me gustaría enfrentarla." Dijo el Barbegazi con una risa animada.
"Ni siquiera reconoces lo que ves." Refutó Amnestria y escuchando un tono divertido, añadió. "Tampoco sabes a lo que te enfrentas."
Si, Cécile estuvo de acuerdo. Aurora acababa de crear con sus auras y solidificarlo en una espada que sus sentidos daban entender que era real.
"Ni siquiera el Arcangel de la Guerra puede crear una espada de la nada." Murmuró Cécile sin darse cuenta.
Todos conocían al Arcangel de la Guerra uno de los rangos SSS y si bien dejando de lado lo que ella había escuchado de Víctor, ese hombre era un poderoso espadachín con un linaje angelical que le daba una ventaja tremenda y, aun así, ese hombre no podía crear una espada de la nada.
Esto iba más allá de la magia y la única forma que podía definirse era como 'divino' y tal idea hizo todo extraño, ya que Aurora cuando dejo de emitir la abrumadora cantidad de energía mágica de su cuerpo, su aura se redujo hasta volverse la de un rango SS, a pesar de que su energía y presencia estaba a la par e incluso superaba rangos SSS normales.
En cuanto a su ataque…
"…" La grotesca pesadilla que viajaba a una alta velocidad se acercaba rápidamente y Aurora movió su espada.
Entonces un corte de color negruzco se extendió hasta la bestia tragando la energía magia del aire y la energía psionica. Con una velocidad apenas perceptible voló y golpeó a la criatura.
Para sorpresa de Cécile el corte no partió a la criatura, sino que el aura negra empezó a negar a la criatura.
Como si borrara los pensamientos, recuerdos y todas las emociones negativas que daban forma a la pesadilla e incluso la energía psionica y sin aquello que le daba forma, la pesadilla simplemente fue desapareciendo lentamente.
Si la primera criatura fue derrotada por pura fuerza física que debilitó a la criatura hasta tal punto que se desvaneció, esta pesadilla fue prácticamente borrada de la existencia.
Aurora voló hacia la torre y luego apareció dentro cerca de Amnestria y acariciándole la cabeza, sin importarle las miradas que estaban en ella, sonrió.
"Volvamos a la tierra."
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