En el centro de la plaza, la hermosa bruja vestida de negro había quedado completamente reducida a cenizas. Sin embargo, sus maldiciones y risas maniáticas aún permanecían allí. Varias personas se estremecieron de miedo y miraron a su alrededor, y posteriormente, siguieron al obispo dentro de la catedral, en donde comenzaron a orar y a confesar sus pecados.
Lucien se sentía como si la centelleante luz aún estuviera presente en la plaza. Aún podía percibir el poder sagrado y dominante que aquella luz contenía. Xiafeng estaba tan impactado que ya se había decidido a aceptar su identidad como Lucien. Necesitaba enterrar su pasado justo en el fondo de su corazón, temiendo que las personas en este mundo también le consideren malvado.
—El poder divino es bastante asombroso...
En lugar de sentirse asombrado o incluso aterrorizado por aquel poder como la gente común, Lucien estaba preguntándose si podría tener la oportunidad de aprenderlo.
En ese momento, Lucien recibió un manotazo tan fuerte en el hombro izquierdo que casi perdió el equilibrio.
—¡Oh, mi pobre y pequeño Evans! ¡Gracias a Dios! ¡Gracias a Dios, tú no tienes que sufrir como lo hizo tu pobre padre! ¡Un buen joven como tú se merece la gracia de Dios!
Lucien fue sacado a rastras de sus pensamientos. Se encontró a una mujer de mediana edad, quien tenía el doble de su altura, secándose sus lágrimas de alegría mientras continuaba dándole golpecitos en el hombro con sus palmas similares a las patas de un oso.
Lucien logró moverse ligeramente para evadir las palmadas, las cuales casi hicieron que tosiera sangre. Abrió la boca, pero no pudo decir ni una palabra. No sabía el nombre de ella; ni siquiera su propio nombre completo. ¿Debería llamarse Lucien Evans?
Después de verlo parado sin más, la mujer mostró una expresión aún más apenada en el rostro, y habló:
—Mi pequeño Evans. Aún padeces tu enfermedad mental, Mírate; estás tan delgado...
Xiafeng estaba avergonzado porque no había adquirido ningún recuerdo de Lucien. También tenía miedo de permitir que la gente supiera que no era el verdadero Lucien. Desde cierta perspectiva, sí, el cuerpo de Lucien, en ese momento, se encontraba ocupado por alguien más.
Afortunadamente, un hombre de mediana edad que estaba parado al lado de la mujer la detuvo.
—Alisa, no le hables tanto al pequeño Evans. Acaba de recuperarse. Debe de sentirse agotado ahora mismo. Iven, ayuda a tu madre y vámonos a casa.
El hombre rubio era relativamente delgado, y tenía la espalda ligeramente inclinada hacia adelante. Pero Lucien de todas formas podía notar que él fue un tipo atractivo en sus años mozos. Para él, el hombre era como un ángel, quien lo salvó de esta situación difícil.
—Gracias, tía Alisa. Estoy bien. Solo me siento un poco mareado —respondió Lucien cuidadosamente.
El muchacho, Iven, quien arrastró a Lucien hasta aquí para ver a la bruja, estaba sosteniendo el brazo de su madre. Hizo una cara graciosa y le habló a su madre.
—Yo sabía que él no iba a morir. Solamente tú, que siempre piensas que es aún un bebe que necesita que lo cuiden todo el tiempo.
La tía Alisa todavía estaba secándose las lágrimas.
—Evans, es muy bueno ver que estás mejorándote ahora. ¡Ella se merecía esto! ¡Esa maldita bruja despiadada! —Ella continuó quejándose mientras caminaba—. Cuando acababa de mudarse cerca a tu hogar, parecía tan hermosa y agradable. Incluso estaba pensando en que se case con mi pequeño John. ¡Pero ella, ella era una bruja! ¡Intentó robar los cuerpos enterrados en el cementerio para experimentar con sus hechizos malignos! ¡Gracias a Dios! ¡El vigilante nocturno de la inquisición la atrapó con las manos en la masa mientras robaba! Ni siquiera puedo imaginar cuánta gente moriría en nuestra área si ella hubiera tenido éxito...
Mientras los seguía, Lucien obtuvo un breve resumen de lo que paso a partir de las palabras de Alisa. La mujer fue descubierta por el vigilante nocturno. Al ser su vecino, Lucien también fue puesto bajo interrogación por parte de la inquisición. Probablemente, ellos usaron alguna clase de hechizo sagrado en él, lo que le afectó mentalmente. Así, ellos descubrieron que era inocente, pero al mismo tiempo, hirieron severamente al verdadero Lucien. Él murió después de aquello y, por lo tanto, Xiafeng obtuvo la oportunidad para poseer su cuerpo.
El hombre se percató de que Lucien permaneció en silencio durante todo el camino. Dio unas palmadas en el hombro a Lucien, consolándole en voz baja
—Ella es simplemente así. Solo ignórala.
Lucien asintió.
El hombre observó a Alisa desde atrás y suspiró.
—Alisa; ella era una muchacha tan agradable y hermosa en el pasado, pero después de que dio a luz a John, parecía ser controlada por el demonio. Poco después de un año de habernos casado, se volvió así... —Él suspiró emotivamente de nuevo. Pausó por un momento, y añadió—. Sin embargo, ya no soy un oponente digno para ella.
Lucien todavía estaba sufriendo de sus amplios cambios de ánimo. Dio una sonrisa forzada y no dijo nada. Aún no sabía el nombre de aquel hombre.
De alguna manera, Alisa escuchó la queja de su esposo. Devolviendo un resoplido despectivo.
—Joel, el bardo; tú, que alguna vez estabas lleno de pasión y romance; el joven que vino aquí a perseguir su sueño de la música, eres un alcohólico incorregible ahora.
Joel sonrió con incomodidad.
—Aalto es la Ciudad del Salmo. Incontables jóvenes entran en masa para perseguir sus sueños. Pero, ¿cuántos de ellos llegan a tener éxito? Por cierto, Alisa, he dejado de beber desde que John empezó a trabajar...
La tía Alisa miró hacia atrás y lo observó.
—Gracias a Dios. Entiendes que hemos puesto todas nuestras esperanzas en John e Iven. John es un buen muchacho. Trabajó muy duro y fue seleccionado por Sir Venn como su escudero. Si John puede lograr despertar la «Bendición» en su sangre y ser nombrado caballero por el gran duque, ¡entonces nuestro hijo podrá ser un lord! ¡Un noble respetable!
Joel se estremeció ligeramente ante la mirada severa de su esposa, quien justo en aquel momento pensó en Lucien.
—¡Oh!¡Lo siento mucho, pequeño Evans! —Alisa se detuvo y guiñó el ojo a Joel en busca de ayuda—. ¡No quería decir eso! Tú también eres talentoso... Solamente necesitaste más entrenamiento cuando fuiste más joven...
Sin embargo, la disculpa no aportó mucho a la situación.
Joel rió ruidosamente y volvió a golpear el hombro de Lucien.
—Él está bien. ¡Nuestro Lucien es el sujeto que va a continuar con mi sueño de convertirme en un músico!
Lucien no estaba precisamente prestándoles atención a ellos. Soltó una pequeña risa al hablar.
—Sí... quiero ser un músico...
Al ver a Lucien reír, Alisa se sintió aliviada y continuó con sus quejas, lo que de hecho ayudó a Lucien a saber más sobre la ciudad.
La Ciudad de Aalto era grande y próspera, ubicada cerca de la Cordillera Oscura. Ésta disfrutaba de su reputación como la Ciudad del Salmo, y estaba llena de oportunidades.
Esta área se llamaba Aderon, que era el lugar donde las personas más pobres de Aalto se reunían. Por otro lado, debido a su ausencia en los últimos días causada por su enfermedad, Lucien ya había perdido su trabajo como transportista de carga en el mercado.
Un instante después, los cuatro llegaron al frente del hogar de Lucien. Alisa lo invitó a cenar, pero se rehusó cortésmente.
—Gracias, Tía Alisa, pero necesito descansar un poco más.
Antes de irse, el pequeño Iven se acercó a Lucien, y le preguntó con curiosidad.
—Lucien, ¿cuándo decidiste convertirte en músico? Nunca antes me contaste sobre eso...
—Hace cinco minutos —respondió Lucien sin emoción.
—OH... YA... VEO... —Iven asintió con admiración.
Luego de ingresar a su cabaña, Lucien cerró la puerta desde dentro. Se sentó allí inconscientemente y enterró la cabeza profundamente entre sus codos.
—¡No es broma! ¡Estoy en un mundo diferente!
—¡En este mundo, queman viva a la gente! ¡En patíbulos!
Las fuertes emociones de Lucien finalmente se desataron. Estaba sorprendido y asustado. Xiafeng era más o menos tímido y no verdaderamente experimentado en su propio mundo. Anteriormente, entraba en pánico repetidas veces al afrontar situaciones difíciles, pero esta vez, el propio Xiafeng estaba sorprendido de ver cómo había logrado mantener la calma hasta ese momento.
Las dificultades fortalecen a una persona. El tiempo pasó y llegó la noche. Lucien finalmente se tranquilizó; ya que había decidido vivir en este periodo de tiempo, ahora no debería ponerse nervioso, preocuparse o estar asustado en lo absoluto. El debería planear su futuro con cuidado. Si muriese de nuevo esta vez, estaba seguro de que sería para siempre.
Lucien dejó de preocuparse de sus padres y amigos. Cuando estaba a punto de planear sus siguientes acciones, el hambre le abrumó. Se sentía como si hubiera un incendio dentro de su estómago. Lucien tragó saliva varias veces y, antes que nada, decidió encontrar algo de comer.
Caminó hacia el único contenedor de su hogar. Dentro de la caja grande, además de algunos ropajes viejos, había dos pedazos de algo negro con forma de pan y siete monedas de cobre.
El hambre controlaba su cerebro. Lucien dio una gran mordida apresuradamente.
«¡Crack!»
La mordida casi destruye el diente frontal de Lucien.
—¿Qué demonios? ¿Esto es como un garrote de madera?
Le tomó a Lucien un buen rato asegurarse que la cosa que estaba sosteniendo era pan real, el cual sencillamente estaba lo suficientemente duro como para noquear a un adulto.
Mientras luchaba contra su hambre, Lucien encontró unos pedernales en la caja y empezó a tostar su pan.
—Estofado de Cerdo Marrón, Alitas de Pollo Picantes, Carne de Res Asada, Pollo Kung Pao... — murmuró mientras observaba el pan tostándose. Cuando este se volvió un poco suave, Lucien no pudo controlarse y le dio un mordisco apresurado... Se sintió como... Masticar un trozo de madera.
Sin embargo, eso era todo lo que Lucien tenía. Devoró el pan y suspiró.
—Preferiría morir si es que voy a comer esto todos los días... Debo ganar más... No quiero vivir así.
Entonces, pensó sobre el obispo y los sacerdotes. Bien vestidos; ellos se veían muy nobles con su increíble poder divino. Lucien se sintió entusiasmado. «Me pregunto si yo podría aprender a usar ese poder y volverme uno de ellos...» No obstante, la mañana siguiente cambió de opinión. «No... El que una persona como yo vaya a la iglesia es como si yo mismo les pidiera que me calcinen hasta volverme cenizas. No sé si hay otras maneras por allí, como... ¿esa bendición?»
«¿Qué hay de todo el conocimiento que aprendí en mi antiguo mundo? ¿Seguirá siendo útil aquí?» Embutiéndose con pan, Lucien comenzó a pensar en cómo se ganaría la vida. Mientras estaba recopilando los conocimientos que aprendió en la universidad, encontró algo increíble en su mente.
Después de fijarse bien, los ojos de Lucien se abrieron de par en par por la sorpresa.
—Estos son... Estos son los libros de la biblioteca. ¿También fueron traídos aquí... conmigo?
Todos los libros recogidos en la biblioteca estaban presentes, allí en su mente. En vez de describirlos como recuerdos o, tal vez, el conocimiento propio de Lucien, eran más como proyecciones o ilustraciones organizadas en diferentes categorías, listas para ser leídas por Lucien en cualquier momento.
Empezó a leerlas lleno de curiosidad. No obstante, Lucien se dio cuenta de que no podía abrir la mayoría de ellos. Estaban sellados.